Según el IDAE, la industria y el sector servicios son responsables de un 22% y un 12%, respectivamente, del consumo total de energía final en España, y, aunque el consumo eléctrico por empleado ha disminuido desde el año 2000, el consumo térmico por empleado ha aumentado. Además, con los efectos del cambio climático sobre el clima mediterráneo, en el que disminuirá el número de días con temperaturas templadas, se hace esperar un aumento todavía mayor de los consumos asociados a la climatización.
Es por ello que aumenta la importancia de disponer de herramientas que faciliten a las empresas la gestión de su consumo energético instantáneo, y la participación activa de cada uno de los empleados, para conseguir los objetivos de eficiencia energética propuestas en línea con las estrategias nacionales y europeas para mitigar los efectos del cambio climático y adaptarse a los cambios que presentan los mercados energéticos.