El Instituto Tecnológico de la Energía (ITE) se ha consolidado como referente internacional en innovación tecnológica aplicada al sector energético. En palabras de su directora, Marta García Pellicer: «Es el resultado del esfuerzo sostenido y del compromiso de todo nuestro equipo, a lo largo de más de tres décadas, en las que hemos trabajado estrechamente con la industria, escuchando sus necesidades, comprendiendo sus desafíos y colaborando activamente para ofrecer soluciones tecnológicas eficaces», asegura García, que también señala que esta consolidación «no habría sido posible sin la confianza de las empresas, ni sin el respaldo constante de la administración valenciana, especialmente a través del IVACE+I. Gracias a su apoyo, hemos podido fortalecer nuestras capacidades e infraestructuras tecnológicas, posicionándonos a la vanguardia en ámbitos clave como el almacenamiento energético y baterías, redes eléctricas del futuro, movilidad sostenible, biotecnología, hidrógeno renovable, economía circular, reciclaje y eficiencia energética en procesos industriales».
-¿Qué balance hace de la labor del ITE? ¿Y de la evolución del sector?
Desde nuestra creación en 1994, hemos sido testigos de una profunda transformación del sector energético. Un sector que ha evolucionado de forma vertiginosa: incrementando su nivel de exigencia tecnológica, digitalizándose y adoptado modelos más sostenibles y verdes. En este contexto, el ITE ha sabido adaptarse y crecer junto a las empresas, adecuando nuestras infraestructuras y capacidades a los nuevos retos que han ido surgiendo en este apasionante camino. Nuestra evolución ha ido en paralelo a la de la sociedad. Hemos trabajado para acercar las innovaciones tecnológicas en materia energética a las empresas, actuando como puente entre el conocimiento y su aplicación tecnológica real. Como Centro Tecnológico de la Energía, hemos desarrollado instalaciones y laboratorios de vanguardia, siempre con el foco puesto en las necesidades del tejido industrial. Si algo nos define es nuestra capacidad de análisis y anticipación. En un sector como el energético, prever las necesidades a medio y largo plazo de las empresas es fundamental. La generación y transferencia de conocimiento y tecnología no se produce de un día para otro; requiere tiempo, colaboración y visión. Por eso, anticiparnos a lo que las empresas necesitarán y estar preparados para ofrecerles soluciones tecnológicas en el momento justo es clave para aportar verdadero valor. Tras más de tres décadas de trabajo intenso junto a la industria, seguimos comprometidos con el desarrollo tecnológico y la innovación. El nuevo modelo energético, marcado por la electrificación, la transformación digital, y la integración y gestión de nuevas fuentes e infraestructuras energéticas, ha sido el motor de nuestro crecimiento en los últimos años. Y lo seguirá siendo, porque el futuro de la energía se construye con visión, tecnología y colaboración.
-¿En qué áreas está trabajando el ITE en la actualidad?
-La energía es muy transversal, y nuestra actividad abarca múltiples líneas de actuación orientadas a impulsar la innovación y la competitividad industrial. En el ITE ofrecemos proyectos de I+D+i, certificación de productos en nuestros laboratorios especializados y acreditados, formación técnica especializada, y asesoramiento tecnológico a empresas de carácter multisectorial. Nuestra labor se articula en siete líneas estratégicas: Baterías y almacenamiento energético; Movilidad sostenible; Hidrógeno renovable; Redes eléctricas del futuro; Biotecnología aplicada a la energía; Reciclaje y economía circular, y Eficiencia energética y optimización de procesos industriales.
-¿Cuáles son los retos más acuciantes en energía y movilidad eléctrica?
-En movilidad eléctrica, uno de los principales es el despliegue masivo y ordenado de estaciones de recarga. Es fundamental garantizar una infraestructura accesible, interoperable y distribuida de forma inteligente en el territorio. A ello se suma la necesidad de mejorar la comunicación de los equipos, facilitando su integración en redes digitales que permitan la gestión eficiente de la demanda, la monitorización en tiempo real y la experiencia del usuario. Otro reto es el desarrollo de baterías más eficientes, seguras y fiables, que permitan una mayor autonomía, una vida útil prolongada y una gestión sostenible de los materiales. En cuanto a retos energéticos, la electrificación y la descarbonización de los procesos productivos son prioritarios. Para ello, es imprescindible integrar nuevas variables energéticas, como el hidrógeno renovable y el almacenamiento energético, que aportan flexibilidad y estabilidad al sistema. Además, para gestionar de forma eficiente la creciente complejidad del sistema energético es necesario el desarrollo tecnológico de las redes eléctricas del futuro, más inteligentes y adaptadas a la generación distribuida; esto será determinante junto a la evolución de los materiales en la red eléctrica, necesitamos componentes sostenibles capaces de reducir nuestra dependencia de recursos críticos. No es solo una cuestión de eficiencia, sino de soberanía tecnológica. Desde el ITE, trabajamos activamente en todas estas áreas, desarrollando soluciones que permitan a la industria afrontar estos retos con garantías, anticipándonos a sus necesidades y acompañándolas en la transición hacia un modelo energético más sostenible y competitivo.

Fuente: www.lasprovincias.es