El proyecto Recilion, coordinado por el Centro Tecnológico de la Energía ITE, aborda nuevas técnicas de reciclado sostenible de las baterías
Recilion se presenta como un proyecto de I+D+i basado, precisamente, en el reciclaje de batería de litio. Con esta línea investigación tecnológica, el Centro Tecnológico de la Energía (ITE) da respuesta a qué hacer con el gran número de baterías que hará falta reciclar en el corto plazo.
Reducir, reutilizar y reciclar, tres palabras que suenan con mayor fuerza en el Día del Reciclaje, pero que marcan la hoja de ruta de una economía y una sociedad dispuestas a adoptar medidas más respetuosas con el medioambiente y basadas en la sostenibilidad y la eficiencia. Recilion estudia el caso concreto del proceso de reciclaje de baterías con el fin de maximizar la recuperación de materiales al mismo tiempo que se reduce el impacto ambiental.
Actualmente, el número de vehículos eléctricos aumenta y, en consecuencia, en el medio plazo también lo hará el número de baterías desechadas. Prever ese escenario para dar respuesta al gran número de baterías que hará falta reciclar en los próximos años es esencial tanto para las empresas, como para el medioambiente.
Recilion lo lidera el ITE con la colaboración de AIDIMME (Instituto Tecnológico Metalmecánico, Mueble, Madera, Embalaje y Afines) y está financiado por la unidad de Innovación del Instituto Valenciano de Competitividad e Innovación (Ivace+i) y por la Unión Europea a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) dentro del Programa de la Comunitat Valenciana 2021-2027.
Está centrado en desarrollar un proceso innovador, sostenible y eficiente para la recuperación de materiales críticos de las baterías de litio, las más usadas en automóviles eléctricos. Concretamente, el proceso se centrará en la recuperación eficiente tanto del grafito, como de los metales contenidos en el cátodo de las baterías, con el fin de promover la economía circular y reducir el impacto asociado a la gestión de este tipo de residuos. Además, busca evaluar la calidad y rendimiento de los componentes reciclados en aplicaciones prácticas, como la fabricación de nuevos electrodos para baterías.
El ITE, centro tecnológico de referencia en el sector energético y en toda la cadena de valor de las baterías, tiene inmerso a su equipo, compuesto por personal altamente cualificado, en el objetivo de dar una solución tecnológica a la industria en general y a los recicladores en particular que les permita avanzar en el aprovechamiento y circularidad de residuos extraídos de baterías en fin de vida. Para ello, el Centro cuenta con instalaciones punteras que permiten abordar toda la cadena de valor de las baterías, como es el caso de Battery Lab, un laboratorio totalmente especializado que, junto a otras instalaciones, hacen del ITE un referente en baterías (materiales, fabricación, uso, testeo y certificación de baterías, reciclaje, diseño, segunda vida, etcétera).
Con el auge de dispositivos electrónicos, el reciclaje de baterías de litio -las más usadas en móviles y vehículos eléctricos, por ejemplo-, no solo presenta una oportunidad para mitigar los impactos ambientales negativos asociados con su eliminación inadecuada, sino que también se ha convertido en una estrategia crucial para garantizar la seguridad del suministro de materias primas en Europa. La dependencia de estas materias primas, muchas de las cuales son importadas de países extraeuropeos, plantea retos sobre la seguridad del suministro y la vulnerabilidad a las fluctuaciones del mercado mundial.
El aumento de la electrificación también aumentará la producción de celdas de ion litio, lo que implica un incremento en la demanda de materiales para baterías. A corto plazo, el reciclaje de baterías puede ayudar a satisfacer parte de esta demanda, dando un cierto margen en el suministro para regiones con baja producción de estos metales. A largo plazo, el reciclaje va a desempeñar un papel clave para satisfacer la demanda del mercado.
De hecho, se prevé que para 2040 el mercado de reciclaje de baterías en Europa experimente un aumento de diez veces en comparación con 2030, impulsado por los desechos de las gigafactorías de producción de baterías en sus inicios, y baterías al final de su vida útil a partir de 2030 en adelante, con la salida de circulación de la primera ola de vehículos eléctricos.
Por otro lado, en el apartado normativo, las nuevas tendencias y regulaciones en la Unión Europea enfatizan cada vez más la necesidad de avanzar en tecnologías de reciclado más eficientes y sostenibles. El nuevo Reglamento (UE) 2023/1542 del Parlamento Europeo relativo a las pilas y sus residuos, establece nuevos objetivos ambiciosos en cuanto a la proporción de una batería en fin de vida que ha de ser reciclada, lo que impulsa la urgencia de desarrollar procesos de reciclado más eficientes y eficaces.
Teniendo en cuenta estos factores, alcanzar dichos objetivos requiere que el reciclado de baterías de litio no se limite únicamente a la recuperación de metales valiosos presentes en el cátodo. Es necesario poner el foco en otras fracciones como el ánodo de grafito -que supone entre un 12% y un 21% en peso total de la celda-, así como componentes no activos como los separadores, los colectores de corriente o la carcasa. Esta evolución hacia un enfoque más integral de reciclado no solo maximiza la recuperación de materiales valiosos, sino que también minimiza la generación de residuos y reduce la dependencia de la importación de materias primas.
Como comenta Laura Cebrián, investigadora del proyecto Recilion: «Entre los resultados esperados está la optimización de la separación y purificación del grafito, así como la mejora en la extracción de metales del cátodo mediante métodos más ecológicos. Hasta el momento, se han desarrollado metodologías para la separación del grafito empleando disolventes verdes y sales fundidas, que consiguen reducir la temperatura de operación de 400 a 160ªC, además de la recuperación de metales mediante procesos electroquímicos, con lo que disminuye el uso de productos químicos agresivos».
Con estudios como Recilion, el ITE busca dar respuesta a aquellas empresas con necesidades de reciclaje de baterías desde el punto de vista de soluciones tecnológicas, pero también con asesoramiento en la materia, con el fin de que el tejido industrial sea cada vez más competitivo. En el caso concreto de este proyecto, los principales beneficiarios de sus resultados serán la industria del reciclaje de baterías, fabricantes de baterías, fabricantes de vehículos eléctricos, empresas de almacenamiento de energía, desguaces y centros de tratamiento de vehículos.
Fuente: Las Provincias