La principal barrera tecnológica con la que se enfrenta la movilidad eléctrica hoy en día está relacionada con las baterías. Lograr autonomías reales de 500 o 600 kilómetros y recuperar esa energía en menos de 10 minutos son sus retos actuales. Los proyectos de investigación y desarrollo más prometedores están relacionados con el desarrollo de nuevos materiales para dar lugar a dispositivos de almacenamiento de futura generación, que permitan superar estos obstáculos, y ofrecer coches eléctricos asequibles y competitivos en el mercado igualando su utilidad con los de combustión.
El desarrollo de estas tecnologías de futura generación podría ser la clave para acelerar la penetración del vehículo eléctrico,
ya que un éste podría proporcionar una experiencia de uso similar al
vehículo de combustión, placentera y respetuosa con el medio ambiente.
El
almacenamiento de energía y el hidrógeno como vector energético se
barajan como alternativas prometedoras en la transición hacia un futuro
modelo energético sostenible. Dentro de este campo, las baterías de estado sólido y las pilas de combustibles de H2 se presentan a largo plazo como tecnologías con potencial para su integración en aplicaciones como el VE y aplicaciones estacionarias, entre otros.
Eficiencia
Sin embargo, estos dispositivos poseen una serie de limitaciones relacionadas con su seguridad, eficiencia, durabilidad, coste y sostenibilidad que
muy frecuentemente están asociados a los materiales de los distintos
componentes (electrolito, ánodo, cátodo) y a su forma de integración los
dispositivos. Por tanto, es necesario el desarrollo de nuevos
materiales y estrategias de procesado e integración de los mismos en
este tipo de dispositivos.
El ITE (Instituto Tecnológico
de la Energía), centro de referencia en la Comunitat Valenciana, con el
apoyo del IVACE, Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial de
la Generalitat Valenciana, a través del proyecto MatER, aborda
los retos que presentan dispositivos energéticos de futura generación
como son las baterías solidas de litio y las pilas de combustible
mediante el desarrollo de nuevas técnicas de procesado e integración de
materiales con el objetivo de mejorar las prestaciones de estos
dispositivos y acelerar la transición y su integración en un futuro
escenario energético sostenible y eficiente.
Un proyecto que ha podido desarrollarse a través del IVACE, que otorga de capacidad de infraestructuras al instituto tecnológico para transferir este y otros proyectos al tejido empresarial valenciano. Para alcanzar este reto, la estrategia del ITE se centra en el desarrollo y optimización de nuevos materiales para ser utilizados como electrolitos avanzados, , la aplicación de nuevas técnicas de integración de componentes y la caracterización físico-química y electroquímicas para determinar las propiedades de materiales y componentes y entender el mecanismo de funcionamiento de estas tecnologías de futura generación.
Fuente: valenciaplaza.com